En los cruces de ferrocarril, los autobuses deben detenerse entre 15 y 50 pies desde la primera pista para que el conductor pueda verificar si hay trenes. Hay algunas excepciones específicas en las que no se requiere detenerse (como cuando se cruzan vías de tranvías, pistas utilizadas solo para el cambio industrial, o en cruces marcados como "exentos" o "abandonados"). Tampoco necesita detenerse donde el tráfico esté controlado por un semáforo en verde, o por un oficial de policía o un señalero.